martes, 23 de febrero de 2010

Iglesias del periodo romanico en Europa (Francia)

Arte Románico en Alemania

La peculiar experiencia sociopolítica de Alemania durante el siglo X va a determinar en buena medida los avatares del románico construido un siglo después en tierras germánicas.
Desde que Otón I el Grande (912-973), emperador y fundador del Sacro Imperio Romano se impone al poder de Roma, y al mismo tiempo se convierten en defensor y difusor del Catolicismo hacia el oriente de Europa, los emperadores otónidos se convierten en los verdaderos "jefes de la cristiandad".
En ese contexto en que es el emperador y no el Papa el representante de Dios en la Tierra, los edificios de la época deben reflejar tan inmenso poder y se abordan obras de majestuosa monumentalidad.
Para algunos autores a la arquitectura otónida en Alemania no se la debe asociar plenamente con la románica que se desarrolla paralelamente en el resto del occidente europeo, por poseer características propias gestadas en un ambiente político diferente. Nosotros la consideraremos una variedad regional más.
La arquitectura románico-otónida es heredera de la carolingia y de ella recibe algunas de sus más importantes y diferenciadoras características.
Los edificios suelen superar ampliamente los 100 metros de longitud y, por ejemplo, a la Catedral de Spira se le considera el mayor templo románico conservado de la Cristiandad con sus 133 metros de longitud.
Tienen tres naves, doble transepto y también doble cabecera (la segunda coincidiendo con el extremo occidental del templo). Esta hipertrofia de los pies del templo llamada "westwerk" añadía a la iglesia un gran pórtico y una tribuna regia flanqueadas por dos elevadas torres. Tal mole -inexistente en el resto del románico europeo- pretendía representar la fusión del poder terrenal del emperador con el poder religioso y era la "parte privada y reservada" por donde accedía el soberano y escuchaba Misa.
Las portadas no adquieren importancia ni resalte y los capiteles suelen ser cúbicos o levemente esbozados pero en general son carentes de escultura, por lo que ésta se aplica a la orfebrería.
Otra característica de este arte en Alemania es la altura de las naves, que unido al numeroso repertorio de torres prismáticas o cilíndricas (dos en la fachada, dos flanqueando el ábside más la linterna o cimborrio octogonal) generan una acusadísima impresión de verticalidad, alejada radicalmente del tópico de la horizontalidad románica. Un buen ejemplo primitivo y que se puede considerar "prototipo" del románico-otónido es San Miguel de Hildesheim.
Grandes obras: catedrales de Spira, Worms y Maguncia y la Abadía de Maria Laach
La magnificencia del románico otónido se puede presenciar en la catedral de Spira. Esta ciudad renana tuvo gran importancia durante el Sacro Imperio siendo sede anfitriona de 50 asambleas imperiales. Su catedral se construyó entre 1030 y 1060, pero fue muy remodelada a finales de ese siglo, entre 1080 y 1106, incluyendo el reforzamiento de los pilares interiores mediante semicolumnas para poder abovedarla completamente.
La antigua catedral otoniana de Maguncia debió ser reconstruida tras un incendio sufrido en 1081 pero reaprovechando partes antiguas. Las obras de reconstrucción se debieron desarrollar en las cuatro primeras décadas del siglo XII. En pleno siglo XIII se añadió el cuerpo occidental compuesto por un gran transepto, una cabecera triconque y una torre con partes de diferentes siglos posteriores (gótico y barroco).
Hacia el año 1171 empezó la construcción de la imponente catedral en la ciudad renana de Worms. La planta presenta tres naves y un amplio transepto en cuyo centro se levanta una gran cúpula. Tras el transepto encontramos un coro cuadrado que acaba en un ábside semicircular flanqueado por torres circulares.
La Abadía benedictina de Maria Laach junto a los lagos volcánicos de Eiffel es una preciosa iglesia, de las más armónicas de Alemania.
Fue fundada en 1093 y es conocida por la perfección y equilibrio arquitectónico de su cuerpo occidental.